miércoles, 20 de septiembre de 2017

¿Sabéis cuales son las consecuencias de la sobreestimulación con fin de que aprendan antes o "sean mas"?

Cathèrine L'Ecluyer expone en su libro "Educar en el asombro":
-La sobreestimulación sustituye el motor del niño y anula su capacidad de asombro, de creatividad, de imaginación.
-La sobreestimulación predispone al niño a vivir con niveles de estímulos cada vez más altos.
-El niño se vuelve hiperactivo, y necesita buscar entretenimiento o sensaciones nuevas cada vez más intensas.

Partamos de la premisa "menos es más".

Vivimos en una sociedad acelerada, con niños con mil actividades y agendas apretadas, sin tiempo para la lentitud. Los estimulamos a que sean consumidores, influenciados a tener muchas cosas, a cargarse de responsabilidades de adultos, a regirse por un tiempo medido y estricto y a ser eficaces. Si en el primer trimestre hay que ver las tablas hasta el 7 se ven, y si no da tiempo ya somos "lentos".

Un "preocupante" estudio de la psicóloga Kathy Hirsh Pasek sobre niños de preescolar, donde una mitad provenía de una escuela que hace incapie en la interacción social y en un enfoque divertido del aprendizaje, y la otra mitad procedentes de una escuela que les apresura hacia logros académicos, revela que los primeros estaban menos inquietos y con más ganas de aprender.

Actualmente, muchos padres y educadores intentamos tomar medidas para dar a los niños la libertad de ir más despacio, de ser niños. No olvidemos que el aburrimiento es el preámbulo de la creatividad. No le demos todo hecho. Los niños que se aburren son más tolerantes a la frustración, aprenden a superar las adversidades y a sacar partido a sus errores. Su aburrimiento fomenta su capacidad de resiliencia.

¿Cómo podemos ayudarles?
Los juguetes solo son eso, juguetes. Y quizás sea en el aspecto del juego en el que más hemos retrocedido. ¿Para que tantos? ¿por qué? Hemos comprobado que no es malo aburrirse.
No demos a los niños juguetes "cerrados" donde se juega como dice la caja; no demos a los niños juguetes que son réplicas exactas de objetos de uso cotidiano; no insistamos en "se juega de esta forma", pues puedes estar cortando un momento de creatividad.

Utilicemos juegos/juguetes liberados de funciones preestablecidas, que inciten a soñar. Una caja puede ser una casa, o un coche; una tela puede ser una mantita para el bebé, o una falda. Utilicemos piezas de madera, juguetes sencillos, y sobre todo, respetemos su ritmo. Puede que el horario diga que toca cambiar de actividad, pero si con esta está disfrutando, ¿por qué cambiar?.

"Los primeros años deben de ser jugando, dibujando, contando cuentos, explorando la naturaleza, sin seguir un reloj que nos obligue al cambio de actividad". Rudolf Steiner.

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